Los tratamientos faciales superficiales aportan a la piel luminosidad, tersura, hidratación, los tratamientos más profundos consiguen reponer el volumen perdido sobre todo de los labios, pómulos y mejillas…, difuminar las arrugas y combatir la flacidez producidas por el paso del tiempo, todo ello en manos expertas preserva la belleza natural del rostro