El bruxismo es el hábito involuntario de apretar los dientes, puede ser durante el día y muy común hacerlo por la noche sin darnos cuenta. Esto genera dolor en la mandíbula y cabeza, desgaste de los dientes, a veces incluso sangrado, y problemas de insomnio. Sus causas pueden ser genéticas, psicológicas (estrés, tensión, ansiedad) o físicas (mala alineación de los dientes), entre otras.
Pero tranqui@! Hay solución, vamos a ver una de ellas, y es que no conocemos a paciente que no le haya funcionado ni se haya arrepentido, hablamos del neuromoduladores en los músculos de la mandíbula, para relajarlos y que estos dejen de apretar inconscientemente. Sí, el mismo tratamiento que se hace en el tercio superior (patas de gallo, frente y entrecejo) lo usamos por ejemplo en los maseteros.
¿Los resultados? Tardan pocos días en hacer efecto, probablemente a partir del tercer día ya los vamos notando y nos puede durar de 4 a 6 meses. Por ello muchos pacientes se lo realizan dos veces al año.
En muchos pacientes con bruxismo es común que la zona de la mandíbula tenga hipertrofia, es decir, de tanto apretar los músculos estos se hagan más grandes y por lo tanto, nuestra cara sea más ancha en la zona del tercio inferior.
Por ello, al inyectar toxina botulínica en la zona, esta se afina. A continuación puedes ver resultados.
En Clínica Bedoya ofrecemos atención personalizada, por eso deseamos valorar tu caso de manera presencial y ver si este tratamiento es el oportuno para ti.
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