Hoy hablaremos de los mitos del BOTOX®. Los médicos estéticos lo consideramos este tratamiento neuroremulador como estrella dentro de todos los tratamientos de la medicina estética.
¿Por qué? Porque es fantástico, tanto los pacientes como los médicos estamos muy contentos de los resultados reales que se producen al combatir las arrugas de la frente, patas de gallo y entrecejo que tanto nos molestan con el tratamiento neuroremulador.
Quisiera antes daros una breve información sobre
¿Qué es el Botox®?
El botox® es una proteína que relaja temporalmente los músculos faciales u otros grupos musculares del cuerpo humano.
Se utiliza desde hace muchos años con gran seguridad y eficacia. Su objetivo principal es eliminar o en ciertos casos atenuar las arrugas de expresión.
Entre las características esenciales del Botox® (neuroremulador) es que su efecto no es permanente, se reabsorbe con el tiempo y llega a su momento de máximo efecto a los 15 días de la aplicación.
Los mitos del Botox® como neuroremulador
Mito 1:“Si el Botox® puede hacer perder la expresión, da rigidez facial”.
Es uno de los mitos del Botox® que más escuchamos en la Clínica, pero esto no es cierto. Si el botox® se aplica por manos expertas y en las dosis adecuadas, su efecto más valorado por los pacientes es su naturalidad. De hecho es el tratamiento más demandado, y los médicos que los usamos lo consideramos el tratamiento más eficaz en relación a eliminar o atenuar las arrugas del tercio superior del rostro: entrecejo, patas de gallo y frente!
Mito 2: “Una vez desaparecen los efectos, mis arrugas estarán peor que antes?”
No, el Botox® además de reducir las arrugas, las previene. Es decir, mantiene los músculos relajados durante los 4 a 6 meses que dura su efecto. Se evita la profundización de las arrugas existentes y la aparición de nuevas. La duración de su efecto depende de la fuerza o potencia muscular de cada persona. Debido a ello es importante que se realice por un médico quien valorará la relación de dosis respuesta.
Mito 3: “El Botox® deforma los labios”.
No, no es posible porque el Botox nunca se aplica en los labios. El botox no es un relleno. Los labios exagerados, deformes, que se suelen ver son rellenos permanentes como la silicona u otros. Estos migran con el tiempo y en la actualidad su uso está prohibido y no acompañan el proceso de envejecimiento fisiológico. La aplicación de Botox como neuroremulador en estética facial, se aplica únicamente en el tercio superior del rostro. En la zona de los labios lo que se aplica son los rellenos con ácido hialurónico.
Mito 4: “Botox no se puede aplicar muchas veces porque hace daño, es una toxina”.
El botox es una toxina sí, pero purificada para que no cause efectos adversos ni daño, de lo contrario no estaría autorizada por Sanidad. El botox es un neuroremulador que tiene múltiples aplicaciones en medicina en ciertas especialidades como la neurología, proctología, oftalmología, gastroenterología, rehabilitación, incluso en dosis mayores a las que usamos en medicina estética, además estas se pueden usar de forma regular por lo que no hay riesgos en su uso estético ni en el uso repetido. Pero sí es recomendable no abusar de su uso y esperar que el músculo relajado vuelva a cobrar su actividad completa, lo ideal es dejar pasar como mínimo entre 3-4 meses entre aplicación y aplicación para no desarrollar anticuerpos en casos en donde la musculatura es más potente, y entre 5-6 meses en casos de musculatura normal a débil.
Mito 5: “Con las cremas con “efecto botox” consigo los mismos resultados que con el botox aplicado por un médico”
No, de momento ninguna crema que se comercializa en la actualidad puede lograr los resultados que se logran con Botox ya que las cremas actúan solo a nivel de la piel, en cambio el botox se inyecta directamente al músculo que es verdaderamente el que provoca la arruga, generando la contracción la piel se arruga.
Mito 6: “Es peligroso aplicarse Botox?”
No, la aplicación del botox en manos expertas no es peligroso siempre y cuando lo realice un médico formado en medicina estética y experto en el manejo de este neuroremulador. Los efectos adversos pueden aparecer como cualquier fármaco en menos del 1% de los casos, y en caso de darse son leves, localizados y temporales. Estos efectos adversos pueden ser enrojecimiento y/o dolor en la zona de aplicación, algún pequeño hematoma o dolor de cabeza causado por la tensión en el momento de la aplicación. Todos ellos reversibles y temporales.
Mito 7: “El Botox es solo para mujeres mayores de 45 años”
No siempre, actualmente se está usando a partir de los 30 años o antes dependiendo de la profundidad y extensión de las arrugas existentes y del disconfort social y psicológico que las arrugas provoquen en cada persona. Cada vez es más frecuente la aplicación con efecto preventivo es decir para que las arrugas no se profundicen, sobre todo en pacientes más jóvenes.
Mito 8: “El botox me afectará a la visión”
No debería, por eso es importantísimo la previa valoración médica, y su correcta aplicación. El médico formado en la aplicación del botox es el único que conoce la anatomía humana, y está capacitado para aplicar el botox sin ningún riesgo para la visión. No obstante existe contraindicación en alguna enfermedad ocular, sin embargo muy indicado en otras.
Mito 9: “Hay distintas calidades de Botox”
El botox es el nombre que se ha popularizado más en todo el mundo, pero para su uso estético en la actualidad hay diferentes laboratorios que lo producen y con diferentes nombres: Azzalure, Vistabel, Bocoture , pero todos ellos tienen controles de calidad muy serios. La durabilidad sí que puede ser variable y esta depende de muchos factores: la potencia muscular del propio paciente, el estado de consevación del botox, de las unidades aplicadas. El nombre farmacéutico es Toxina Botulínica Tipo A. Existe también otro tipo B que se utiliza en otras ramas de la medicina.
Mito 10: “La aplicación de Botox duele”
El botox, se reconstituye con suero fisiológico y se aplica con agujitas muy pequeñas, la toxina es indolora, lo que realmente puede producir disconfort es el pequeño pinchacito. En caso de pacientes con un umbral de dolor bajo se pueden aplicar cremas anestésicas de uso tópico o hielo para reducir la molestia de la aplicación.
Si todavía existe alguna pregunta, no dudéis en contactar!
Un saludo cordial
Dra. Katherine Bedoya Jerí